jueves, 9 de octubre de 2014


SOS ABEJAS
(Bees in Danger)

Según el Servicio de Investigación Agrícola del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) entre 2006 y 2011 la pérdida de colmenas de abejas en promedio fue de 33% cada año. 

Foto: nologia.com

Una gran parte de esas pérdidas de colmenas se debe al denominado CCD (Desorden del Colapso de Colonia), ocasionando a los apicultores pérdidas aproximadas de 2.000 millones de dólares. Los datos del USDA señalan que desde 2006 (cuando se registraron los primeros casos de CCD) se han perdido aproximadamente 10 millones de colmenas de abejas.

Aunque el problema se detectó inicialmente en EE.UU, pronto se observó también en algunas regiones de Europa, incluida España. No obstante, estudios del PNUMA indican que  en los últimos años el problema se ha extendido a Australia, China, Japón y el norte de África, en la ribera del Nilo. 

Las causas de esta grave disminución de las colonias parecen ser múltiples. Los expertos señalan factores como el cambio climático, la contaminación, los pesticidas y el creciente papel de determinados parásitos como el origen de la desaparición de las abejas.

En Europa se han identificado los plaguicidas clotianidina, imidacloprid y tiametoxam  como perjudiciales para la población de abejas. Por ese motivo, en diciembre de 2013, la Comisión Europea adoptó una restricción en el uso de esos tres productos que pertenecen a la familia de las neonicotinas

La restricción se aplica a la utilización de los 3 neonicotinoides para el tratamiento de semillas, aplicación al suelo (gránulos) y tratamiento de las hojas en las plantas y cereales (con la excepción de los cereales de invierno) que son atractivas para las abejas. Los usos autorizados restantes están disponibles sólo para los profesionales. Las excepciones se limitan a los cultivos en invernaderos y en campos al aire libre sólo después de la floración.

Esta medida forma parte de estrategia general de la Comisión para hacer frente a la disminución de la población de abejas en Europa. Desde la publicación de la Estrategia de salud de las abejas de la Comisión en 2010, hay varias acciones en curso.

Más allá de la producción de miel, las abejas desempeñan un importante papel ecológico como polinizadores. Alrededor del 80% de toda la polinización se debe a la actividad de las abejas.

La polinización de los cultivos, esencial para la alimentación de la humanidad, está en peligro por la creciente desaparición de abejas en todo el mundo. En este sentido, la desaparición de colmenas tiene una gran trascendencia ya que en las últimas décadas se ha multiplicado el número de cultivos dependientes de la polinización por abejas. En el caso de determinadas frutas, la producción de semillas disminuye en más del 90% al desaparecer estas eficientes polinizadoras.

Foto: www.cookingideas.es





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